Las Piscinas

Que hacer en Madrid el fin de semana??...
Yo opto por la piscina, Peñuelas creo que llaman a la que soy asidua desde el verano pasado. Cuatro años hará que vivo en Madrid el próximo 2 de Octubre y la frecuento desde el verano pasado. Motivos; Demasiado calor para sufrirlo en casa. Nunca me gustarón las piscinas, será porque soy y naci en el Mediterráneo cómo reza la canción de Serrat. la cuestión es esque he sucumbido sin saberlo a los pros y los contras, estos ultimos le ganan la batalla a mis pros, pero a pesar de ello voy. El fin de semana pasado fui con una de mis mejores amigas, había una cola espantosa, daban casi las 3 del mediodia y el calor era nuestro más fiel acompañante en la infernal cola para acceder al recinto. El motivo hacen un paron que dura de las 14:30 a las 14:45 cómo así lo indica en un folio pegado en la ventanilla de la taquilla para hacernos con nuestra entrada. Pero la realidad es otra, el parón real se rezaga hasta los casi 35 minutos contados, sino es alguno más, desde las 14:15 hasta las 14:50 aproximadamente. No conseguimos entrar hasta pasadas las 15:00h. El calor es horrible, la cola es de espanto y yo le digo a mi amiga en forma de pregunta, Con esta cola, dónde está la crisis??, a lo que ella muy acertadamente me responde; Aquí está la crisis. Me entra la risa, porque es verdad...La crisis está en la piscina y en está interminable cola porque no tenenmos el bono de diez baños, que en el fondo es más barato. Pero claro yo me engaño con mis 4,35€ que cuesta la entrada si no tienes el dichoso bono que ansias tener mientras esperas tu momento de gloria del día. Ese en el que por fín, eres tú la persona a la que venden la entrada. El bono cuesta 37€ con algunos centimos y si es más barato, pero a mi pagarlos de golpe me asusta, pensando en mi presupuesto, si es que lo tengo. Así que asi es, aquí está la famosa crisis que nadie ve pero que se respira en el ambiente. Familias enteras de latinos, peruanos, ecuatorianos, colombianos y un largo etcetera...pero sobre todo peruanos. Yo ya no se si en vez de a Madrid, sin saberlo me he venido a vivir a Perú. Vienen con sus niños con sus amigos y con loas amighos de sus niños que a su vez son los hijos de sus amigos. Cargan neveras donde no falta todo tipo de refresco, la cola, la sangria, las cervezas, la comida. Bolsas de supermercados repeltas de patatas, chucherias, platos y vasos de plastico...
Escucho una conversación entre unas mujeres que dice algo racista, cómo que se vayan a su pais, la otra asiente y ami me dan ganas de levantarme y decirle; Señora cómo tiene la poca verguenza de decir eso en una piscina llena de personas y en la que no por ser un espacio abierto, la voz se la traga el murmullo común. Que es una cincuentona solterona, rubia de pelo corto y teñido con mechas y morros operados y que se vaya a su casa con sus perros que probablemente son los unicos que la aguantan. Pero me callo, dado que no quiero formar un escandalo y me gusta a la fuerza del cariño venir a la psicna.
Ya instaladas en nuestro terreno de todos los sabados o domingos y si hace bueno ambos, llega la hora del baño. La ducha está helada, me mojo las manos, el cuello y la tripa, antes de zambullirme en ese mar artificial de cloro, agua azul y lociones protectoras. La mancha marrón todavia no es muy visible. Salgo y entro, mi amiga se queda sentada en el borde de la piscina y yo me quedo de pie contando cabezas. Le digo que no se siente que puede coger hongos, se rie y me dice que con tantos remilgos no se viene a la piscina y le doy la razon. Pero yo soy asi, a todo le pongo pegas, tantas que me las creo, pero allí acudo cada fin de semana porque la piscina cuece en sus aguas esta eterna crisis y yo formo parte de ella.

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